Dependiendo del tipo de bien, puede generarse una administración satisfaciendo las necesidades familiares o de empresas como por ejemplo: encargar la administración de bienes inmuebles para que sean arrendados o vendidos y así su renta sea distribuida a sus beneficiarios, o por ejemplo administrar un proyecto social o ambiental donde el control lo lleva un tercero.

¿De qué hablamos?

Nos referimos a un fideicomiso de administración donde interviene la o las persona(s) que aporta(n) los bienes y sus beneficiarios, claramente dicho fideicomiso es administrado por la fiduciaria quien es una persona jurídica facultada para administrarlos, la cual es regulada por distintos órganos de control según la normativa vigente.

Con el fin de que exista una armonía en la administración del fideicomiso, el mismo puede ser concebido con una junta o comité la misma que estaría conformada por las personas que aportaron los bienes o por los beneficiarios de éstos o de manera conjunta, para que sean ellos quienes definan el destino de los bienes o de los resultados que estos arrojen.

Este tipo de fideicomiso ayuda en la organización de sus bienes, obtiene comodidad que los mismos son administrados por un tercero que recibe instrucciones para que sean ejecutadas, además cabe indicar que la representación legal de los bienes está a nombre del fideicomiso.